Bailey, M. (2012)
El eneagrama es una herramienta muy antigua que define al ser humano dentro de un espejo geométrico en el que se ven 9 tipos de personas, es decir, nueve maneras de ver el mundo, de pensar, sentir, actuar, imaginar, dar, etc. Estos 9 eneatipos conforman un Eneagrama o Unidad. Cada uno de los 9 tiene formas físicas, miedos, ideales y virtudes y carencias diferentes. La idea de conocer el propio eneatipo y el de los demás (en familia, trabajo, pareja etc.) es poder tener más autoconocimiento y poder conocer más profundamente a los demás, para entenderlos y poder estar en convivencia con una paz más profunda, y poder gozar y honrar las diferencias.
El propio eneatipo y el de los demás se descubre en el trabajo personal, y en varios talleres en donde se profundiza en las 9 pasiones principales y sus subtipos, y lo que nos pasa con ellas. Todo esto es para mejorar la calidad de nuestra vida y entorno.
Helen Palmer indica que uno de los problemas del eneagrama es que es muy bueno y nos puede llevar a caer en la tentación de categorizar a todo mundo y dividirlo en 9. En occidente estamos siempre con esa tentación porque quita la tensión de dar la cara a lo desconocido y reducir la información a categorías fijas, y hacer predicciones de causa y efecto. Una forma limitada de verlo es categorizar a la gente y olvidarnos de que es un mapa que nos ayuda a desarrollar un gran potencial humano, y que tiene una gran flexibilidad y variables.
El eneagrama intenta ayudar a las personas a verse a sí mismas en el espejo de sus mentes, especialmente a ver las imágenes de su personalidad distorsionada por actitudes básicas acerca del sí mismo. Identificar y admitir esta compulsión eneatípica predominante es estar abierto para ver la vida más plenamente, suponiendo que uno tiene la disponibilidad de ver este “pecado secreto”, en el propio comportamiento y ver directamente a Dios para su curación. El estudio cuidadoso del eneagrama, preferiblemente conectado con algunos talleres del mismo, da como resultado un nuevo entendimiento de nosotros mismos y lineamientos prácticos para obtener la curación. Esto nos lleva a una mayor libertad personal bajo la guía del Espíritu. La verdadera historia del eneagrama es el viaje que cada persona hace entrando al sorprendente “insight” y sabiduría que está implícito en el simple diagrama del eneagrama. Ichazo lo llama protoanálisis, el análisis de la esencia de la neurosis para ver cómo es la esencia o virtud del alma.
El sistema no trabaja para nosotros, es un mapa de la personalidad (que interesantemente incluye el desarrollo espiritual), pero hay que agarrar el camino por voluntad propia. Lo tenemos que caminar nosotros.
Gurdjieff y Naranjo- Explican que existe un aspecto de personalidad y uno de esencia dentro de cada eneatipo. La esencia no es una cosa, es un proceso. Es una forma libre y fresca de trabajar del ser humano como un todo. Es holístico. La personalidad es lo que vivimos día a día, o sea la neurosis o sentido de separación.
Sería imposible en un artículo describir plenamente al eneagrama y a cada eneatipo sin caer en generalizaciones reduccionistas, pero nombraré algunas características de cada eneatipo para que podamos empezar a identificarnos, e identificar a las personas que nos rodean, con el objetivo de despertar nuestra curiosidad y ganas de conocernos más a través de esta herramienta profunda, mágica y acertada. La visión desde la cual se hace esta explicación es desde el Humanismo Psicocorporal.
El eneatipo uno: percibe al deber fuera de él mismo y esto lo enoja y resiente, pero no lo muestra. Mostrarlo sería “imperfecto” y no lo hace, pero se resiente por ello. El enojo lo tiene guardado y vuelto hacia sí. Hay una profunda rabia porque ni él ni nadie logran el éxito. Es gente muy crítica, ordenada, limpia y “bien portada”, y no se enojan, sino que es fácil que “estén un poco molestos”. Se auto castigan con la exigencia, y tienen culpa por no ser perfectos. Es gente sobria con autocontrol extremo. Dificultad para relajarse y sentir placer y gozo. Es el perfeccionista.
El eneatipo dos: Gente altiva, orgullosa y con muchas poses. Como son muy atentos, halagan. Perciben las necesidades ajenas con mucha rapidez, y tratan de satisfacerlas, por estar con la atención en los demás, no ven las propias necesidades y no las atienden. Dan para que los halaguen: en el fondo hay mucha devaluación. Necesitan mucha atención, para eso dan y halagan y quieren que los demás dependan de ellos. Es fácil que se pongan de tapete, y si no les dan la atención necesaria, se sienten muy lastimados. Evitan ser vistos como necesitados a toda costa. Es un altruista.
El eneatipo tres: Son las personas que mayor atención ponen a la imagen. Requieren aplauso, y buscan el éxito. Aparentemente pueden ser “de hielo” pero son los más emocionales de todos. Son muy calculadores y no se dan cuenta de que son percibidos como fríos. Difícilmente pierden el estilo. Personas muy eficientes y eficientes. Es un ejecutante.
El eneatipo cuatro: Ellos quieren que comprendas “exactamente” lo que dicen. Como esto no se puede, sienten que nadie los comprende. Son dramáticos, creativos y actores. Resisten el dolor y se deprimen con facilidad. Tienen un mundo interno muy rico y lleno de guiones y mienten con facilidad. Se auto castigan mucho. Son especiales. Les cuesta trabajo la disciplina. Es el romántico.
El eneatipo cinco: Son eruditos y/o observadores. Escudriñan el conocimiento en detalle. Observan para conocer. Les gusta pasar desapercibidos. Les gusta ver y que no los vean. Observan la vida y no actúan. Quisieran conocerla mejor. Son depresivos pero no lloran. Estoicos. Muy mentales. Aislados y cerrados a los afectos. No interactúan y no se dan. Son sarcásticos e intelectuales y con lenguaje oscuro y complicado. Son los típicos “nerds” en la vida (no solo en la escuela). Es el observador.
El eneatipo seis: No pueden decidir e intentar pasar la responsabilidad a otro. Son dependientes asumidamente. Busca un líder (persona, ideología etc.) que seguir. Se fijan mucho en las “reglas del juego”. Manipulan desde el “segundo de a bordo”. Muy activos y ansiosos. Gente miedosa. Evitan desviarse de las reglas. Son ciegos a qué tan intelectuales son. Es el escéptico.
El eneatipo siete: Vidas apasionantes con mucha tendencia al placer y el gozo. Mucha atención al futuro que seguramente traerá más aventura. Personas muy simpáticas, sociables, superficiales que “están en todo y nada”. Les es muy difícil establecerse y comprometerse con algo, ya que esto implica una renuncia de otras cosas. Siempre son “el alma de las fiestas”, con los mejores chistes. Divertidos encantadores y las responsabilidades pueden esperar. Idealistas y fraudulentos, evitan el dolor y lo profundo. Es el epicúreo.
El eneatipo ocho: Peleadores que no se frenan, con dificultad de sentir culpa. Muchas veces percibidos como “demasiado fuertes” o temidos. Usan la fuerza para “proteger a los suyos y atacar a los no suyos”. Personas blanco o negro. Carismáticos, líderes y lloran poco. Les cuesta mucho ver el sentimiento o dolor ajeno. Tienen y gustan del control. Es el jefe.
El eneatipo nueve: Son personas que no se meten en problemas, y evitan el conflicto permanentemente. Se llevan bien con todos, y son bonachones. No se cuidan y no se dan cuenta de qué tanto se desgastan con su actividad desmedida, que viene con rachas de pereza extrema. Las emociones no se exteriorizan, y pocas veces sienten dolor. Viven anestesiados, y circulan complaciendo. Es el mediador.
Los 9 tipos de personas tienen la atención puesta la mayor parte del tiempo en diferentes cosas:
Don Richard Riso habla de los 3 centros como el de hacer, sentir y relacionarse que equivalen al triángulo principal del eneagrama, haciendo las nueve tendencias en el uso de la energía en cada eneatipo:
7 Sobre hacer.
Es posible que ya hayas empezado a ubicarte, y ubicar a miembros de tu familia. A continuación, estos son algunos tips de cómo tratar a cada eneatipo si queremos cuidar la relación.
Para llevarte bien conmigo:
Estas nueve personalidades, a su vez, se dividen en varios otros subtipos creando un enorme espejo aclarador de lo que somos, y lo que son los que nos rodean. También el eneagrama nos aclara cómo crecer o evolucionar o cómo neurotizarnos más en el camino de la repetición. Este camino espiritual y de observación de la personalidad, nos ayuda mucho a crecer y limpiarnos, la razón fundamental por la que estamos en este mundo es: evolucionar hacia la Unidad.
BIBLIOGRAFIA