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Suelta lo que quieres y necesitas

Suelta lo que quieres y necesitas

En  el trabajo  humanista psicocorporal  trabajamos mucho  con  la idea  de  “soltar”,  desapegarse de  ideas,  sentimientos, ideales, creencias,  dolores,  etc. para  dejar  entrar lo nuevo y  actualizado. A  veces aferrarnos a  algo  es lo que  causa sufrimiento  y neurosis, y no nos  damos  cuanta  de que lo que perseguimos  es  lo que nos  lastima.  Otras veces,  sin embargo, perseverar  en el intento  es lo que nos   fortalece y hace  crecer. Ojala  disfruten este  articulo:

Ella me mandó un mensaje en donde decían cómo era posible que yo mantuviera mi vida en orden y que se sentía feliz al respecto, y que por otro lado le daba envidia.

Ella siempre había querido un bebé y pensaba que  a los 32 años ya estaría casada con tres hijos. Ahora se da cuenta que eso quizá no tiene que ver con su con su destino.

Yo nunca  esperé  lo que  tengo: estaba tratando de sobrevivir a mi vida y no estaba pensando en el día en el que fuera yo a crecer, casarme y tener hijos con una casa con una barda blanca. A  veces pensé que iba estar muerta a los 17. A  los 18 pensé que como no había pasado, debería de empezar a diseñar una vida.

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Pienso que se me facilita ser feliz porque no tenía una idea preconcebida de cómo quería que mi vida resulte.  Nunca tuve planeadas las avenidas que iba recorrer ni cómo sería si las posibilidades se me cerraban.  Si sabía lo que quería sentir y me mantuve sintiendo eso.

Muchas veces dije que nunca el amor que yo sintiera por alguien se iba poner en medio de mi y el estilo de vida. Siempre elegí sentirme feliz antes que sentirme enamorada.  Sin embargo si elijo el amor.

Yo  a menudo  veo a gente que elige el amor por encima de la felicidad y se quedan atorados en el amor .Muchas veces son las mismas personas que se enamoran y que tienen dificultades para mantenerse enamorados.

A veces los clientes vienen con una historia que ya está escrita en cada una de sus avenidas neurológicas: “esto es común”,” las relaciones deberían de ser…”  o …”esto es verdad acerca de las relaciones”  o  “estoy en la relación pero no puedo aceptar esto esto y esto…”

Para mi beneficio yo no tenía ejemplos de las relaciones que quería entonces nunca me atoré  necesitando tener una relación. Nunca tuve sueños diurnos de niña como “cuando yo crezca seré mamá” o “usaré un vestido de novia”. Nunca me imaginé de qué tipo de trabajo haría o hacia donde iba ir.

Lo que me propongo es hacer un poco la trampa del  mono. Los monos son capturados en la india a través de una botella que es suficientemente grande para que quepa en ella su mano a la entrada y a la salida con un plátano adentro. El mono está tan consumido por obtener lo que desea que está dentro de la botella, que antes de que se den cuenta viene alguien a capturarlos y les pone una bolsa en la cabeza.  Ell mono no suelta  la mano que  tiene atrapada la banana, aunque tiene terror de ser capturado. El mono sacrifica su vida con tal de quedarse agarrando la banana, aunque sabe que si la suelta sería libre.

La banana es emblemática de muchas de nuestras proyecciones y de lo que vemos del apego de la gente y de sus “deberías”:

“mi relación debería de ser de esta manera de manera,  antes  no puedo gozarla…”

“debería tener hijos ahora y como no lo tengo entonces soy envidiosa”

“debería tener una casa más bonita de manera que ahora no me siento que estoy entrando a mi santuario cuando llego a mi casa”

La lista es muy larga y todas son bananas.

El mono podría ir a la vida y conseguirse una mejor banana siendo libre, pero no puede soltar su apego por estas bananas en específico. Más allá de la pego a la banana misma, no puede soltar la idea de lo que él cree que tiene que hacer para conseguir una banana.

Mis bananas muchas veces estaban en lugares más abiertos y peligrosos, pero libres con de  cómo debería de ser mi banana o de creer  que esta es la que debería de tener, de manera que no tuve que sacrificar  mi esencia para conseguirla.

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Me enfoqué en cómo quería sentirme saltando de árbol en árbol si es que no me sentía totalmente yo misma. En el proceso de no sentarme en las ramas  esperando a que el árbol cambien o crezca más bananas, no  permití que mi vida no estuviera atascada en el mismo árbol, pudiendo irme a varios y no quedándome en la trampa con alguien. Encontré a todo el bosque en donde las bananas son infinitas

A las personas se les escapa este punto de vista y realmente tener lo que realmente quieren. Quizá el mundo quiere la banana porque en realidad está aburrido o porque tiene hambre: la banana simplemente es un símbolo de lo que quiere.  Puede ser un juguete o comida, o  relaciones.

Si quiero una relación, encuentré maneras para estar en una relación íntima con todo los que conozco. Me convertí en radicalmente honesta.  Si quería hijos iba con los hijos de alguien a enseñarles si es que todavía no los tenía. Si quería una mejor casa todos los días agradecía la que tenía,  etc.

No me sentía confundida con lo que quería, simplemente tenía mucha sed de vida. No tener el vaso con agua no me impedía ir al río a beberla

Un amigo una vez dijo:  “si pongo agua en mi mano  ¿como la puedo mantener ?” y yo le dije: “si cierro mi mano para mantener el agua se me va tirar: la única manera de mantenerla es dejando mi mano abierta…”

Me mantuve abierta para ver cómo fluyen las cosas. Esta forma de ser me ha llevado a lugares que nunca soñé tanto fuera como dentro de mi.

Suelta tus bananas
Mantente abierto
Bebe toda el  agua que te sepa bien, no importa en qué contenedor venga
Todo llega
Para ser feliz, piensa en otros.  Para ser infeliz, piensa en ti mismo solamente.

Via Stacy Hoch

http://www.elephantjournal.com/2015/05/let-go-of-what-you-want/

Traducción y  síntesis a  cargo  de  Instituto Humanista  de  Psicoterapia  Corporal  Integra  S.C.

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