Mtra. Marilenca Bailey Jáuregui
“Destruimos a otros cuando somos incapaces de imaginarlos”, Carlos Fuentes
Uno de los temas centrales en este curso es la comprensión de la autorregulación natural perdida, y de la posibilidad de facilitar la corregulación e ir a la recuperación de nuestra capacidad autorregulatoria para estabilizar la conciencia y ampliarla.
El psicoterapeuta humanista corporal ve al cuerpo y a la mente como interconectados esencialmente, e investiga cómo es que una persona se expresa a sí misma a través de las posturas, de patrones musculares, de patrones emocionales y de las características físicas, así como de temas personales, y entonces facilita la autorregulación de los procesos creando relacionalmente la posibilidad de corregularnos. Cuando el cuerpo y la mente se han desfasado o descompensado de alguna manera perdiendo su autodeterminación (neurosis), su libertad y autorregulación, tenemos que trabajar con síntomas asociados a traumas alojados en el cuerpo a través del tratamiento de la conciencia corporal, de la respiración, de diferentes técnicas psicocorporales como el arraigo, el centramiento y la presenciación para poder estabilizar la desregulación sintomatológica y poder explorarla en un contexto de contención y respeto. Esto despierta las diferentes respuestas saludables y posibles soluciones emocionales y fisiológicas a los patrones repetitivos despertando la creatividad. (Bailey, 2016)
Promovemos el contacto a partir del cual podemos sentirnos en el presente directamente sin la narración constante y la interpretación de nuestra mente o del mundo exterior, y de esta manera poder promover propositivamente y crear espacios duraderos de seguridad a través de la corregulación con el terapeuta. La tríada de arraigo, centramiento y presenciación son herramientas fundamentales, no solo para crear estos estados de seguridad, sino para poder sostenerlos. “Estar arraigado es estar presente, enfocado, dinámico, es estar aquí y ahora. Según Lowen (1993), arraigar es madurar”. (Bailey, 2016)
Muchos de estos objetivos se van logrando a través de ser y estar y ser y no solamente a través de hacer (Fromm)
En PHC, normalmente trabajamos como en la psicoterapia tradicional, hablando acerca de un tema proponiendo una situación ante la cual hay escucha, empatía, etc. (herramientas que posibilitan la corregulación) y después se pasa a lo corporal, ya sea con ejercicios de respiración, acostados, sentados, parados, con pelotas, en la cama de sanación, en el rodillo, de pie, etc. para entrar a otro nivel de conciencia y percepción/sensopercepción. (Myss, 2018) Después regresamos a hablar y cerrar el tema que estamos trabajando. Regresamos a estar de frente, pudiendo metabolizar y comprender el proceso vivido y regularnos nuevamente para terminar la sesión. La corregulación se va a sumando sesión a sesión creando confianza y sanación. Nuestros padres, casi nunca tenían una regulación emocional y quizás para nosotros en el presente ahora es difícil imaginar la regulación de nuestros procesos emocionales, ya que ellos nos enseñaron fundamentalmente cómo relacionarnos con nosotros mismos y con el mundo y esto incluye la regulación emocional. La mayor parte de los padres tienen sus propios traumas no sanados y sus propios modelos no saludables de regulación o no regulación emocional: en pocas palabras, aprendimos la desregulación como algo normal. Muchos adultos pueden ver explosiones de ira, muestras de agresión pasiva, actuar como si nada estuviera mal, sentir o provocar muchísima culpa, tener ansiedad, tender a disociar, depresión, estrés crónico, erosión personal y desgaste, abusos, síntomas físicos y psicosomáticos, etc. Sin embargo, todos podemos aprender de este proceso y expresar nuestras emociones, de manera que sea más saludable para nosotros y los que nos rodean. Tenemos que empezar por conectar con nuestras emociones de manera correcta.
La teoría de la regulación polivagal de Porges, se enfoca en la relación entre el sistema nervioso autónomo (SNA) y la respuesta emocional y conductual de los seres humanos. Porges (2018), se refiere a la capacidad del sistema nervioso autónomo para regular la respuesta de estrés y la conexión social. Hay tres respuestas principales del SNA:
La corregulación se refiere a la capacidad de regular las emociones y la respuesta del SNA a través de la interacción con otros. Esto es especialmente importante en las relaciones tempranas entre el niño y su cuidador. La corregulación ayuda a desarrollar la capacidad de regular las emociones y la respuesta de estrés. Como la mayor parte de nosotros, no aprendimos a hacerlo con nuestros padres o cuidadores, tenemos la suerte de poder aprender a hacerlo con un buen terapeuta, humanista corporal. Las habilidades humanistas que utilizamos comunican y fortalecen la capacidad de crear y sostener la corregulación organísmica que siempre es relacional. “…es imprescindible entender que un enfoque centrado en el cuerpo trabaja a partir de él y con él, no quedándose únicamente en el trabajo del cuerpo, sino que éste es la puerta de entrada hacia niveles más profundos del ser: las emociones, los sentimientos, los pensamientos, las creencias, el alma y el espíritu de la persona”. (Perales, 2024)
La corregulación:
Tipos de corregulación:
Estrategias para fomentar la corregulación
Desafíos en la corregulación
La corregulación se consigue a través de una combinación de estrategias y habilidades que fomentan la conexión y la regulación emocional en las interacciones sociales.
Habilidades para la corregulación
Por otro lado, hablando de lo mismo de otra manera, según Perls, Hefferline y Goodman la autorregulación organísmica es, el proceso a través del cual surge una necesidad dominante, ésta viene al primer plano de nuestra consciencia y es percibida por el organismo; incluso la represión, la repetición, la distorsión y el aislamiento pueden considerarse parte de dicha autorregulación, ya que le permiten al organismo orientarse y manipular su entorno.
Así, la autorregulación es la manera en la que aceptamos funcionalmente la novedad, realizamos los ajustes creativos necesarios e integramos la experiencia. (Kepner, 1992)
Definimos resiliencia no sólo como la habilidad de adaptación de un ser humano ante el trauma o situaciones adversas, sino como una capacidad de adaptación aceptable y con resultados positivos no sólo para la persona, sino para el entorno; es decir, la familia, la sociedad, etc. (Rifking, 2022)
Por su parte, la autorregulación organísmica consiste en esa misma capacidad de adaptación, pero sin esa connotación; en otras palabras, sin ese juicio de valor de lo que es sano y aceptable, funcional y adecuado. (Perls, Hefferline y Goodman, 2002)
¡Bienvenidos! En este curso aprenderemos a arraigar y sostener nuestra autorregulación de manera más adulta, propositiva y gozosa.
Mtra. Marilenca Bailey Jáuregui
Bibliografía
Bailey, M. (2016) El Arraigo en la Psicoterapia Humanista Corporal.
Recuperado en: https://instituto-integra.com/el-arraigo-en-la-psicoterapia-humanista-corporal/
Kepner, J. (1992). Proceso corporal. Un enfoque Gestalt para el trabajo corporal en psicoterapia. Manual Moderno.
Myss, C. (2018) Anatomía del espíritu. B de Bolsillo
Perales, C. (2024) El humanismo psicocorporal, un camino para el desarrollo personal en una relación de ayuda respetuosa. Recuperado de: https://psicosomatica.instituto-integra.com/el-humanismo-psicocorporal-un-camino-para-el-desarrollo-personal-en-una-relacion-de-ayuda-respetuosa/
Perls, F., Hefferline, R. y Goodman, P. (2002). Terapia Gestalt: Excitación y crecimiento de la personalidad humana. Los Libros del CTP.
Porges, St. (2018) Teoría polivagal: el poder transformador de sentirse seguro. Eleftheria.
Rifking, J. (2022) La era de la resiliencia. Editorial Paidós.