Mtra. Marilenca Bailey
Alexander Lowen creó el rodillo (que originalmente era muy grande) para facilitar el trabajo psicocorporal atravesando la coraza caracterológica, abriendo los chakras delanteros y permitiendo la expresión del sonido y el movimiento energético a través del cuerpo de arriba abajo. Los segmentos reichianos también son trabajados de esta manera. Generalmente, al usarlo, se accede a una mayor diversidad y a un mayor contacto con los sentimientos presentes. Debemos de recordar que la apertura a las emociones es un principio fundamental para la sanación; sin embargo, no tiene ninguna utilidad si esto no está acompañado del proceso terapéutico y del trabajo de conciencia y de energía que hacemos simultáneamente en INTEGRA. El solo “abrir” no es psicoterapia, no ayuda, puede lastimar y en muchos casos, puede ser abuso. Hay que recordar que lo que sana es la relación empática respetuosa y sostenida en la contención terapéutica. Es a través del vínculo amoroso y claro, en donde el paciente puede ser sin pretender, ser aceptado.
Jamás usaríamos el rodillo antes de tener establecida una sólida relación empática con nuestro paciente, y tener claro cuáles son los temas de trabajo básico, los lineamientos y el encuadre, y sin saber cuál es su carácter.
Es importante entender que el rodillo no hace la psicoterapia, sino que solamente es un elemento de apoyo en el misterio y reto del encuentro terapéutico.
El rodillo jamás deberá de utilizarse con personas embarazadas, recién operadas, antes de terminar la cuarentena, personas con bypass cardiaco o gástrico, personas con epilepsia o algún trastorno psiquiátrico importante. Generalmente el rodillo se utiliza boca arriba; sin embargo, para las personas que tienen prótesis en el busto no podrá utilizarse el rodillo boca abajo. Si las personas son muy mayores y no tienen ningún trabajo de condición física o elasticidad, es muy importante trabajarlo con mucho cuidado, o buscar otra manera de entrar en su cuerpo-mente. También hay que saber, a partir de la ficha médica de nuestros pacientes, si tienen lordosis o problemas en alguna de las vértebras. Si tuvieron operación de columna o clavos en la misma, tampoco es recomendable el rodillo. También utilizarlo si estamos trabajando con algún paciente con graves trastornos psiquiátricos, o antes de que nuestro paciente esté arraigado.
El mismo trabajo se puede hacer con la pelota de pilates grande, mi experiencia es que el efecto es el mismo a pesar de que la pelota es mucho más suave. La manera de entrar y de abrir es menos agresiva: yo con los años la he estado prefiriendo. Con lo que hay que tener cuidado al usar la pelota es el equilibrio: si las personas no tienen suficiente fuerza abdominal, arraigo y equilibrio para sostenerse en la pelota, es posible que se puedan lastimar o caer.
La psicoterapia, el cuidado y la contención se dan después de trabajar técnicamente con el rodillo: se da con el material emocional y energético “que sale” del paciente después de su uso. Lo que hay que atender es ese contenido. La atención al uso técnico, dependiendo de cada carácter, es muy importante para no lastimar al paciente y optimizar su trabajo, pero no es la psicoterapia misma.
Este material lo escribo y recopilo en base a la experiencia clínica con el trabajo Humanista Psicocorporal como paciente y como terapeuta en todos estos años, además de incorporar el manual de la Doctora Dora Gómez (1983). Gracias Mtro. Alexander Lowen por su gran ejemplo y colaboración para nuestro trabajo.