En nuestra vida, vivimos experiencias dolorosas y amorosas que nos llevan a desarrollar formas de reacción emocional y creencias acerca de la vida y de nosotros mismos las cuales dejaron una profunda huella en nuestra persona a nivel psicocorporal. Todo esto está impreso en nuestro sistema nervioso (simpático y parasimpático) y caracterológico, la mayor parte de veces de manera inconsciente.

De pequeños aprendimos a relacionarnos de diversas maneras con las figuras parentales que tuvimos (o no tuvimos): con amor, miedo, rechazo, abandono, ambivalencia, indiferencia, respeto, etc. De mayores, esos aprendizajes se repiten si no trabajamos nuestras creencias y patrones automáticos y reactivos ante los demás. Asumimos, imaginamos, deseamos, etc., sin ser conscientes siempre. Para trabajar esto vamos a adentrarnos en el trabajo con las fascias, el nervio vago y el psoas para poder comprender somáticamente formas diferentes de resolver el estrés crónico y los aprendizajes muchas veces traumáticos que hemos tenido en el pasado.

Como adultos, estas programaciones influyen dramáticamente en nuestras actitudes, conductas y percepción del mundo, generando círculos viciosos de amor-sufrimiento, que terminan siendo una recreación de la herida infantil, con el ánimo inconsciente de sanar. Es a través de movimiento, quietud, silencio, sonido, vibración y apoyándonos en materiales externos como pelotas, cojines, palos, etc. vamos a aprender/desaprender patrones repetitivos y nuevos que nos llevan hacia la salud beneficiando nuestras relaciones presentes.

En este taller, revisaremos esos modos de relación originales que no nos permiten relacionarnos hoy como quisiéramos para florecer, crecer y amar con respeto a los demás, recibiendo lo mismo y le invitamos a explorar cómo una parte significativa del dolor y las dificultades actuales de su vida, tiene su origen en los patrones no-conscientes que intentan reparar lo que faltó en la niñez; así como a comprender que dichas experiencias infantiles, tienen un profundo sentido en el plan de evolución de su alma. 

Así mismo, veremos cómo las experiencias amorosas tienen un lugar importante y cómo podemos solidificarlas y arraigarlas. La práctica constante del arraigo, centramiento y presenciación, con sus diferentes pasos nos ayudan a instrumentalizar propositivamente nuevas maneras de estar en el mundo con un mayor nivel de conciencia.

Al revisar a fondo estos aprendizajes en trabajos íntimos, profesionales, respetuosos y cálidos, podrá usted relacionarse de una manera más actual y sana, beneficiando sus relaciones de pareja, hijos, trabajo, etc. y con usted mismo.